miércoles, 27 de junio de 2012

El pez gato ya es una plaga en ríos y lagunas de la región Este

Hato Mayor
A menos de cinco años de la aparición del pez gato en las aguas de ríos, arroyos y lagunas del país, el “felino acuático” ya  es una plaga que está distribuida en las cinco provincias del Este del país, llevando preocupación a las autoridades, que ven como desorbitante la reproducción y que está exterminando peces y camarones.

El pez gato (Gabres), que tiene la particularidad de sobrevivir horas fuera del agua, se está reproduciendo de manera asombrosa en los ríos Maguá, Higuamo, Casuí, Azuí, así como en lagunas de San Pedro de Macorís, Bayaguana, Monte Plata, Los Llanos, Hato Mayor, El Seibo, Consuelo, El Valle y ha eliminado especies nativas como tilapia, guabina, camarones y anguila. El último pez de esta especie, de 21 libras, fue capturado en las aguas del Maguá en Hato Mayor.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Hato Mayor está llamando a la población a consumir masivamente el pez gato, cuya carne es buena, pero representa un peligro inminente para las demás especies acuáticas de la región.

Se desconoce cómo el “monstruo del agua” llegó a los acuíferos en el Este. Su nombre se deriva de los tentáculos o barbillas, que se extienden a cada lado de la mandíbula superior y, en algunas especies, también de la mandíbula inferior, semejantes a los bigotes de un gato.

Características
El pez gato tiene la osadía de que, cuando extermina las demás especies acuáticas, sale del agua en busca de comida, para sobrevivir, engullendo ratones, aves, lagartos y otros animales.
Las aletas dorsales y pectorales del “monstruo acuático”, están provistas de espinas puntiagudas, algunas veces venenosas, que utilizan como defensa y que pueden ocasionar heridas graves.

Estos bagres presentan dos pares de barbillas, unas muy largas y otras muy cortas; sus dientes son menudos y abundantes. Algunos géneros del Pacífico agrupan a especies representativas como el coatete, el bagre o gato marino y el bagre de gavia.

Las autoridades de Medio Ambiente no han podido cuantificar los daños que ha provocado el “felino del agua”, pero se advierte que otras importantes especies acuaticas pueden quedar extinguidas por la presencia del pez gato.

Según Miguel Laureano, encargado provincial del Ministerio de Medio Ambiente, el animal es un devorador por excelencia.

Laureano explicó que el pez de agua dulce tiene cuatro barbillones en la mandíbula superior y cuatro en la inferior y habita en ríos de curso lento.

ESPECIE INVASORA MUY DESTRUCTIVA
En su crecimiento puede alcanzar los 290 kg de pesos y los 2.5 metros de largo, con lo cual puede golpear a su presa y engullirle en minutos. La aleta anal es muy larga y carece de escamas.
Hay especie de pez gato que durante la estación seca “pasea” por los terrenos inundados en la estación lluviosa, combinando un movimiento de deslizamiento con fuertes sacudidas de la cola, según la literatura que aparece sobre su origen y modo de operar.

Además, introduce en el interior de la tierra una poderosa espina de cada aleta pectoral a modo de pértiga que propulsa el pez hacia adelante.
Es capaz de respirar fuera del agua por medio de una modificación del arco branquial, que forma una cámara de aire.

Laureano recordó que el pez gato apareció en agua del río Higuamo en San Pedro de Macorís hace varios años, y advirtió que se trata de una especie invasora que camina por tierra y devora tanto fauna como flora acuática.
Se cuenta que algunos de estos peces cuando se les abre el estómago tienen dentro pequeñas aves, jicoteas y hasta ratas.  

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